El templo Santa Matilde fue construido hace más de 120 años, en honor a la patrona de esa localidad. Su edificación fue posible gracias al esfuerzo de muchos vecinos del lugar, quienes aportaron dinero con el objetivo de trasmitir la fe católica en las generaciones venideras.
Año a año, Matilde celebra una fecha realmente significativa para su historia y aviva la nostalgia de una tradición con más de 120 años de vida. Es que cada 14 de marzo, esta localidad del departamento Las Colonias conmemora el día de Santa Matilde, la patrona del lugar, en homenaje a Matilde de Ringelheim, reina consorte de Francia Orientalis, quien fue canonizada por la iglesia católica por sus acciones de humildad, caridad y por fundar numerosos conventos. En dicho marco, los matildenses rememoran la muerte de la soberana, ocurrida en el año 968; como es costumbre, lo hacen mediante la tradicional procesión y celebración de la misa en la parroquia ubicada en Plaza Matilde -a tres kilómetros de Estación a Matilde-, la que lleva el nombre de esta santa recordada por su vocación y cuidado de enfermos.
La historia de la parroquia Santa Matilde acompaña el nacimiento y desarrollo del pueblo, ya que a fines del siglo XIX se fundó el primer asentamiento en el lugar, cuyo crecimiento implicó destacadas obras. Una de ellas fue la construcción de la plaza pública – con varias especies arbóreas como plátanos, sauces y tipas – y la edificación del referido templo, en honor a su patrona.
Entre todos
Para conocer la historia de esta parroquia se recurrió al libro “Matilde: surcando las tierras de Candioti”, de la escritora sancarlina Melisa Belén Ferraris. Allí, la autora cuenta que “los inmigrantes llegados a la comunidad de Matilde profesaban el culto católico, apostólico y romano, devoción que fue trasmitida a las siguientes generaciones”. “Con el objetivo de poder cumplir con los mandatos y ritos de su religión, en un primer momento se levantó la parroquia Santa Matilde, construcción que fue autorizada el 2 de marzo de 1891 por el entonces arzobispo de Santa Fe, José María Gelabert”, explica Ferraris.
“Fue así que se decidió levantar el templo y una habitación para un sacerdote de presencia permanente; además, se estableció que los gastos de mantención debían ser solventados por los vecinos, motivo por el cual se realizaron colectas y se solicitaron donaciones, entre otras actividades”, detalla más adelante. “Al poco tiempo, más precisamente el 8 de noviembre de 1891, don Ambrosio Mollaret, cura párroco de la localidad, bendijo y colocó la piedra fundamental del edificio, la que fue ubicada en los cimientos del coro del lugar ante la presencia de referentes del poblado de la época”, agrega la escritora. “Más de un siglo más tarde, a través de una ordenanza emitida durante la gestión del ex presidente comunal Carlos Bertossi, el 14 de marzo de 1999, día de la santa patrona, la iglesia fue declarada Monumento Histórico por ser una parroquia con más de cien años”, concluye.