Profundizamos en la exposición de la fora de ser y entender la participación en la actividad política de quienes son protagonistas de la actividad a lo largo y ancho de nuestra gran región, hoy nos deja sus respuestas en Primera Persona, Carlos Widder.
¿Por qué la política?
Porque es el espacio donde uno va forjando las herramientas que te permiten ejecutar las ideas que son producto de las convicción de la necesidad de avanzar que tiene en mi caso particular el pueblo donde nací y en el cual como decimos con mi grupo de trabajo, seguimos eligiendo vivir.
¿Recuerda cómo y cuándo nace el interés por la actividad?
Cuando uno va creciendo en un pueblo pequeño como es mi caso, necesariamente se participa desde muy joven en diferentes instituciones con fines sociales y allí va viendo que la única manera de superar las necesidades es trabajando día a día para obtener logros. Luego tuve la posibilidad de ser secretario comunal durante nueve años y cuando por cuestiones personales renuncié a aquel puesto decidí con un grupo de personas, las cuales siguen hoy muy cerca mío, ofrecer una opción diferente de gobierno y es por ello que nos pusimos a trabajar en post del bienestar de la gente de Cavour.
¿Anécdotas de aquellos primeros tiempos?
Las anécdotas son de vida más que de la política en sí ya que hay que tener presente que en Cavour somos menos de 300 habitantes, entonces los que estamos en esto somos más que compañeros con los mismos ideales como sucede en otro lado, somo amigos de toda la vida. Así era antes y es hoy, ya que si no me acompañan mis amigos están sus hijos, entonces es como una gran familia.
¿Cuáles fueron los mejores y los peores momentos?
Los momentos buenos son muchos, básicamente al ser un lugar con poca masa de votantes, en Cavour la campaña se hace yendo puerta a puerta, entonces si bien hay mucha gente nueva, también somos muchos los «viejos habitantes», entonces es fantástico cuando uno por ejemplo detiene ese reloj que en las épocas de campaña gira a «mayor velocidad» y se deja llevar por inolvidables anécdotas de juventud que entre mate y mate afloran al cruzarse con los amigos que a uno le regala la vida.
El actual es un momento muy especial para mi también ya que me encuentro acompañando a un grupo de jóvenes que intentan reflotar el Club del pueblo que se encontraba cerrado hace casi 30 años y es sin dudas el Club de mis amores, así que es un momento muy especial.
Los peores momentos fueron las «derrotas» que sin dudas son tragos amargos, pero que lejos de desalentarme me aferran a mis convicciones y a la necesidad de que las cosas cambien.
¿Cuándo se dio cuenta que podía ser protagonista y ayudar a cambiar un poco las cosas aquí en Cavour?
Como ya dije desde las instituciones estuve siempre participando activamente en el pueblo, pero desde hace más de 10 años me decidí a tomar la posta, porque así me lo ha hecho sentir la gente, y no solo en la calle sino además en las urnas, ya que estuve a 16 votos de ganar. Luego un problema de salud me quitó del ruedo por un tiempo, pero sin dudas que como se dice los años no vienen solos, así que entiendo que me encuentro más capacitado que nunca para poder conseguir lo que Cavour necesita, pero por sobre todas las cosas, lo que mi pueblo y su gente se merece.
¿Tres cualidades?
Sin dudas que es muy difícil la auto evaluación porque uno no quiere pecar de falsa modestia ni de sonar soberbio, pero entiendo que si me tendría que definir mis cualidades son que no dejo que las cosas sucedan porque sí, soy una persona de «armas tomar», otra virtud es la honestidad, soy una persona que trabajó mucho durante toda su vida y creo que el trabajo es un derecho que todos tenemos. Y la última, de la que no puedo dudar un segundo es mi profundo amor por Cavour, el pueblo que nos vio naces a mí y a mis hijas y el que Gracias a Dios hoy ellas y mi nieto eligen vivir y formar su familia.
Y ¿tres defectos?
Con idéntica premisa que la consigna anterior, y siendo seguramente muchos mis defectos diría que soy una persona muy frontal, ansiosa y fanática del orden.
¿Cómo es un día normal hoy en su vida?
Hoy trabajo en el mismo estudio que mis dos hijas y como dije anteriormente estoy felizmente colaborando con un grupo de chicos en un Club, el cual al estar refundándose nos lleva mucho tiempo. Desde ya que este es un año muy especial en el que uno más que nunca está visitando gente e intentando colaborar con quienes son nuestros referentes en peldaños superiores. Y ahora desde ya que me encuentro como todos los que hacemos política, en una corrida contra el tiempo para llegar a este 14 de junio sin haber dejado nada librado al azar.
¿Parecido o muy diferente de aquel que imaginabas al comenzar en política?
Como Presidente Comunal, sin dudas. Uno cuando comienza, y creo que sobre todo por el entusiasmo que genera el ser joven, quiere ocupar ese lugar como primera meta. Hoy también mi gran aspiración es esa, porque desde ciertos lugares uno además de las ganas y la convicciones, cuenta con otras herramientas que sin dudas son muy importantes, pero cuando vas creciendo se aprende que también se puede hacer mucho desde otro lado, y es eso lo que hoy me empuja a seguir intentado mejorar las cosas.
¿Qué es lo que más te gusta de la práctica activa de la política?
Lo que más disfruto son los meses previos a cada elección. Cualquiera podría creer que es una locura sentir esto, pero los que tenemos una meta tan definida como la tengo yo, es fascinante lo que se siente. Para mí, desde siempre, la política fue Cavour, su gente, sus instituciones, su gran historia y su potencial como sociedad, que es lo que me motiva a ocupar el lugar que pretendo ocupar. Y todo eso en estos tiempos previos a las elecciones se siente a flor de piel, y te da un empuje grandísimo.
Y ¿Qué es lo que definitivamente cambiarías?
Hoy Cavour está igual que hace 50 años. Eso desde la idiosincrasia de un pueblo es muy bueno, pero desde el día a día es sinónimo de dejadez, de que se ha convertido en un pueblo sin oportunidades. Sin dudas que los «viejos» crecimos sin agua potable y sin gas natural, pero los tiempos han cambiado y estas carencias hacen que hoy Cavour a nivel industrial se encuentre descartado de plano, lo que conlleva a la falta de puestos de trabajos. Para los hombres puede ser un poco más sencillo porque trabajan en el campo, o hacen changas o son albañiles o tienen más posibilidad de viajar para obtener ingresos, pero para las mujeres no hay trabajo en nuestro pueblo; aquella que no puede trabajar fuera intenta con un pequeño kiosco o una tienda, pero las limitaciones son grandísimas.
El tema de salud es menos que precario. Hay un dispensario que tiene algunos medicamentos y a los que viene un doctor una vez por semana, pero por ejemplo no hay ni siquiera una enfermera titularizada, por lo que no contamos ni siquiera con primeros auxilios.
A nivel seguridad, debemos agradecer la tranquilidad que aun hay, porque hay un solo policía que debe cubrir todos los horarios y además tiene derecho a hacer adicionales, por lo que por lo general si algo sucede se debe llamar a Humboldt que esta a 11 km.
En educación hay tres niveles que ocupan las mismas dos aulas que había en la escuela desde que yo estudiaba, por lo que resulta insuficiente, desde ya. Además no hay ningún curso externos, ni para chicos, ni para grandes.
¿Un sueño para la comunidad de la que sos parte?
Que Cavour avance, que sea el pueblo de posibilidades que su gente merece, que podamos contar con servicios, con educación, con salud, con seguridad y con trabajo para todos. Que quien elige vivir en Cavour, pueda cubrir todas sus necesidades en Cavour.