Tres meses en retroceso: el freno económico que inquieta a Santa Fe

Durante casi un año, la economía santafesina sostuvo un ritmo expansivo que parecía consolidarse. Entre abril de 2024 y febrero de 2025, los indicadores mostraban una mejora sostenida, alentada por la estabilidad cambiaria y cierta recomposición del consumo. Pero desde marzo, la curva comenzó a invertirse. Y mayo confirmó la tendencia: la actividad económica provincial cayó por tercer mes consecutivo.

La variación mensual fue de -0,5%. Y aunque el crecimiento interanual todavía se mantiene en terreno positivo —un 5% por encima del mismo mes del año anterior—, la advertencia es clara: el ritmo pierde fuerza. La recuperación empieza a mostrar grietas. El informe del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, que mide el Índice Compuesto de Actividad (ICA-SFE), lo expresa con una fórmula estadística sobria, pero elocuente: la evolución “parece encontrar nuevamente un techo”.

Los datos reflejan una combinación de causas. La más inmediata es el efecto del ajuste fiscal nacional, que contribuye a estabilizar las cuentas públicas, pero también enfría sectores clave. “La industria en general y la construcción están especialmente afectadas”, señala el informe. Ambas muestran una reacción lenta, discontinua, y con impacto directo en el mercado laboral.

Entre septiembre de 2023 y mayo de este año, Santa Fe perdió más de 11 mil puestos de trabajo registrados. Se recuperaron un 68%, pero aún restan cerca de 3.700 para volver al nivel previo. Y la creación de empleo se desacelera: en mayo, apenas un 0,3% de variación positiva, con un ritmo interanual prácticamente estancado.

La demanda laboral, que anticipa las intenciones de las empresas de tomar personal, cayó por quinto mes consecutivo. En mayo, la baja fue del 7,1%, cortando ocho meses de subas. En paralelo, las remuneraciones reales también retrocedieron un 1,6%, lo que implica una pérdida del poder adquisitivo en los primeros cinco meses del año.

El consumo, por ahora, resiste con matices. Las ventas en supermercados cayeron levemente (-0,2%) luego de siete meses positivos. Seis de los once rubros medidos registraron caídas, entre ellos alimentos, bebidas y productos de limpieza. La comparación interanual todavía es favorable (+2,6%), pero la tendencia se enfría.

En la inversión, el panorama es mixto. Los patentamientos de autos nuevos —que venían creciendo— retrocedieron 2,8%. El consumo de cemento bajó 2,2%. Sin embargo, ambos indicadores mantienen niveles interanuales positivos, con subas acumuladas de 71,6% y 25,1%, respectivamente. Un dato que habla más de lo hundido que estuvo el 2024 que de la solidez actual.

La recaudación provincial también se resintió: -0,2% en mayo, con caídas en los fondos coparticipados (IVA y Ganancias). Solo el impuesto a los Ingresos Brutos mostró una suba. En términos agregados, la recaudación interanual creció 7,1%, pero vuelve a ser un número que inquieta más por lo que insinúa que por lo que muestra.

De los ocho indicadores que componen el ICA-SFE, solo uno tuvo una variación mensual positiva. Uno se mantuvo estable. Los otros seis, cayeron. Y aunque la mayoría conserva aún mejoras interanuales, la foto del presente es más nítida que la del pasado: el impulso se desacelera, y no hay señales claras de que eso se revierta pronto.

 

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