El consenso entre bancos, consultoras y centros de investigación anticipa que la inflación de septiembre se ubicó en 2,1%, tres décimas más que en el sondeo anterior del Banco Central. Con ese dato, el mercado confirma que ya no hay precios creciendo por debajo del 2% mensual, y proyecta que el descenso sostenido recién podría llegar a partir de enero de 2026.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que reúne la mirada de 42 participantes locales e internacionales, prevé además un tipo de cambio promedio de $1.440 por dólar en octubre y de $1.536 hacia diciembre, lo que implicaría una suba interanual del 50,5%. Las previsiones muestran que, aunque la inflación mensual parece estabilizada, el dólar sigue siendo el principal ancla de expectativas.
En cuanto a la actividad, el Producto Bruto Interno ajustado por estacionalidad habría caído 0,6% en el tercer trimestre, tras el repunte inicial del año, y se espera una recuperación leve del 0,5% en el cuarto. El crecimiento anual estimado ronda el 3,9%, pero con una tendencia de menor impulso.
El relevamiento también señala que la desocupación alcanzaría 7,5% de la población activa en el tercer trimestre y cerraría el año en torno al 7,2%, en línea con el freno de la actividad industrial y comercial observado desde agosto.
En el frente financiero, la Tasa Mayorista (TAMAR) para depósitos a plazo fijo en pesos cayó al 43% nominal anual, lo que equivale a una tasa efectiva mensual de 3,5%. El BCRA espera que el nivel se reduzca hasta 36,3% en diciembre, como parte de la estrategia para consolidar la baja inflacionaria sin afectar el crédito productivo.
El panorama que deja el REM es doble: estabilidad con piso alto en los precios y señales de fatiga en el crecimiento. Los analistas coinciden en que el desafío del último trimestre será sostener la desaceleración sin que el dólar vuelva a marcar el compás.
