Por noveno mes consecutivo, la industria argentina opera con menos del 60 % de su capacidad instalada. Según el INDEC, en agosto el nivel se ubicó en 59,4 %, una cifra que refleja la dificultad del sector para recuperar ritmo productivo. Aunque el dato mejora levemente frente a julio (58,2 %), continúa por debajo del 61,2 % registrado en agosto de 2024, consolidando una tendencia de estancamiento que se extiende desde fines del año pasado.
El dato es relevante porque confirma que la industria no logra romper el techo del 60 % desde noviembre de 2024. Las cifras mensuales muestran una estabilidad baja: de 55 % en enero a 59,4 % en agosto, con variaciones mínimas y sin señales claras de reactivación.
Los sectores más golpeados son la metalmecánica, los plásticos y los textiles, todos con caídas interanuales de entre 5 y 9 puntos. En el otro extremo, la refinación del petróleo se mantiene como el rubro más dinámico, con 86,1 % de utilización, impulsado por la mayor producción de combustibles y la demanda del mercado interno.
El informe del organismo señala además que las industrias metálicas básicas alcanzaron un 70,4 %, sostenidas por las exportaciones de acero y productos semi elaborados; mientras que alimentos, papel y químicos se ubicaron entre 60 % y 66 %.
La metalmecánica excluida la automotriz retrocedió a 44,4 %, con fuerte impacto en maquinaria agrícola y productos metálicos. La fabricación de caucho y plástico descendió a 42,1 %, en parte por la menor producción de neumáticos y manufacturas plásticas. El sector automotriz también retrocedió a 53,3 %, y los textiles bajaron a 41,5 %, afectados por la caída del consumo y el encarecimiento de insumos importados.
El contraste entre rubros energéticos y manufacturas ligadas al mercado interno muestra una brecha estructural que se amplía. Mientras las industrias exportadoras sostienen su actividad, las pymes manufactureras —de fuerte presencia en provincias como Santa Fe— enfrentan una combinación de demanda débil, crédito escaso e incertidumbre macroeconómica.
En los últimos meses, empresarios industriales santafesinos advierten que el escenario “no permite planificar inversiones” y que el ajuste de costos laborales y financieros no alcanza para revertir la parálisis.
El dato de agosto, además, se da en un contexto donde cerraron 1.817 empresas y se perdieron 16.475 puestos de trabajo industriales desde noviembre de 2023, según registros oficiales.
La persistencia por debajo del 60 % de utilización refleja que la industria argentina está funcionando a media máquina, con capacidad ociosa acumulada y un impacto directo sobre el empleo y la recaudación provincial.