El retroceso económico que atraviesa el país tiene en Santa Fe uno de sus puntos más visibles. En apenas veinte meses, cerraron 2.120 empresas y se destruyeron 15.128 puestos de trabajo registrados, según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). Detrás de las cifras, se consolida un escenario de precarización creciente y pérdida de densidad productiva.
De acuerdo con el relevamiento, el número de unidades productivas cayó de 50.774 a 48.654 entre 2023 y 2025. El dato equivale a tres cierres por día y coloca a la provincia como la tercera más afectada del país, detrás de Buenos Aires y Córdoba.
Los sectores de transporte y almacenamiento, con 906 firmas menos, y de industria manufacturera, con 243, encabezan la retracción. También retroceden la agricultura y ganadería (203 bajas) y la construcción (162). La pérdida de empleo formal replica ese patrón: la industria santafesina encabeza la caída con casi 7 mil puestos menos, seguida por la construcción y el transporte.
Para el diputado provincial Joaquín Blanco, presidente de la Comisión de Asuntos Laborales, la tendencia resume los límites del actual modelo económico: “Las empresas cierran sus puertas, la gente busca un segundo trabajo para llegar a fin de mes y la informalidad avanza”.
En el servicio doméstico, la crisis adopta otra forma. El informe señala 3.378 trabajadoras y 2.690 empleadores menos, una variación que en muchos casos refleja el paso a la informalidad. “No es desempleo, es precarización”, advierte el legislador.
La combinación de caída empresarial y empleo informal expone un problema estructural: las provincias productivas sostienen el impacto más fuerte de la recesión, mientras las políticas nacionales priorizan el ajuste financiero. “El esquema de Milei y Caputo está agotado”, resumió Blanco.
El dato final vuelve sobre una pregunta central para Santa Fe: ¿cómo reconstruir el entramado que sostiene su identidad económica? La respuesta, coinciden distintos actores legislativos y productivos, no saldrá de la especulación financiera sino de la recuperación del trabajo formal y de las Pymes que aún resisten.