Adorni, el vocero omnipresente: crece su poder, su equipo y el presupuesto que lo respalda

En medio de una narrativa oficial centrada en el ajuste, la austeridad y la “motosierra”, una estructura estatal no solo se sostiene, sino que se expande. La Secretaría de Comunicación y Medios, bajo la conducción de Manuel Adorni, se consolida como uno de los espacios de mayor crecimiento en el esquema de poder del actual gobierno.

Con una plantilla que ronda los 250 empleados y más de medio centenar de asesores, la oficina que comanda el vocero presidencial se ha transformado en un verdadero centro de operaciones políticas y comunicacionales. El número de colaboradores directos supera incluso al de varios ministerios considerados clave, lo que genera no pocas tensiones internas.

La magnitud del presupuesto asignado también llama la atención: 85 mil millones de pesos en recursos disponibles para este año, una cifra que contrasta fuertemente con los recortes en salud, educación, ciencia y cultura. La paradoja no pasa inadvertida en una administración que pregona con insistencia la necesidad de “achicar el Estado”.

Pero el crecimiento de Adorni no se explica solo por los números. Su figura se ha vuelto omnipresente en las mañanas informativas, con vocerías diarias que combinan explicaciones, sarcasmo, ataques a opositores y una permanente construcción discursiva del relato libertario. El vocero no solo comunica: interpreta, editorializa y muchas veces marca la línea narrativa del día.

Fuentes cercanas al oficialismo reconocen que, detrás de esta expansión, también hay una apuesta política: Adorni aparece mencionado cada vez con más fuerza en los corrillos porteños como un eventual candidato para las elecciones de medio término en la Ciudad de Buenos Aires. El rol de vocero, en ese marco, se convierte también en plataforma de posicionamiento personal.

Mientras tanto, la Secretaría sigue ampliando su estructura con nuevas direcciones, coordinaciones y equipos que abarcan desde la estrategia digital hasta la gestión de pauta y contenidos. Un ministerio encubierto que crece en silencio, blindado por el rol estratégico que cumple en la comunicación gubernamental.

Así, mientras se ajusta en casi todos los frentes, en Balcarce 50 hay un área donde el presupuesto no se discute, las incorporaciones se multiplican y la influencia crece: la de Manuel Adorni, el vocero que habla por todos y para todos, pero que también se construye para sí mismo.

 

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