Buenos Aires, 5 de septiembre de 2025. Una publicación en redes volvió a exponer la tensión entre la militancia libertaria y el discurso institucional. Daniel Parisini, conocido como el “Gordo Dan”, lanzó un ataque contra el senador Luis Juez, aludiendo incluso a la discapacidad de su hija. El mensaje fue borrado minutos después, pero no antes de que provocara un repudio directo del jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
“Lo repudio totalmente, me parece fuera de lugar. No puede aceptarse de ninguna manera ni la grosería ni la forma en que se expresa”, afirmó Francos en una entrevista televisiva. El funcionario agregó que se comunicó con Juez para expresarle su solidaridad y subrayó que “no hay disculpas para esto”.
La reacción expuso un límite en la convivencia entre la militancia digital de La Libertad Avanza y la estrategia de moderación que busca imponer la jefatura de Gabinete. Parisini conduce un canal de streaming oficialista y forma parte de la agrupación “Fuerzas del Cielo”, vinculada a Santiago Caputo. Aunque Francos aclaró que “no forma parte del Gobierno”, su visibilidad y cercanía con el oficialismo convierten cada publicación en un gesto político.
El trasfondo del conflicto fue la votación en el Senado que rechazó el veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Juez acompañó la posición opositora, lo que desató la reacción del influencer. Tras borrar el primer posteo, publicó otros mensajes en los que volvió a criticar al senador y también al propio Francos, al que acusó de no comprender la “frontalidad” del espacio.
El episodio obligó al oficialismo a dar explicaciones en un momento de debate legislativo delicado, con iniciativas clave como la regulación de los DNU en discusión. Más allá del desliz individual, la controversia revela una dificultad persistente: cómo alinear el discurso de las bases digitales con la estrategia de gobierno sin que los excesos dañen la credibilidad institucional.