Ganancias: la CGT de Moyano analiza nuevas medidas de fuerza

El líder de Camioneros y secretario general de la CGT opositora dijo que «la prudencia tiene límites». Mañana se reúne el consejo directivo de la central obrera opositora.

El secretario general de la CGT opositora, Hugo Moyano, advirtió ayer que para los gremios «la prudencia tiene un límite» ante la negativa del gobierno a aumentar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, y acusó a funcionarios de ser «marxistas con la plata de los otros».

«La prudencia tiene un límite. Cuando a esa prudencia además le faltan el respeto, se toman las medidas que hay que tomar. El miércoles anunciaremos las medidas después de la reunión» del consejo directivo de la central obrera, enfatizó el sindicalista.

Moyano cuestionó puntualmente al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich y al ministro de Economía, Axel Kicillof, por lo que consideró una «falta de respeto», al negarse a modificar el impuesto a las ganancias.

Durante el último fin de semana, Kicillof consideró que ese tributo es «solidario», y ayer Capitanich indicó que cobrarlo es «filosófica e ideológicamente necesario».

El gremialista sostuvo que ambos funcionarios «se hacen los marxistas con la plata de los otros» y son «más liberales que quienes ellos mismos critican».

«El clima social se profundiza con las expresiones de los funcionarios de turno. Esto se toma con bronca porque pareciera que además de perjudicar al trabajador, le están tomando el pelo a la gente. Todo esto crea un clima de malestar que el gobierno se encarga de profundizar», se quejó Moyano.

En tanto, el secretario general del Sindicato Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, estimó que el mínimo no imponible de Ganancias debería subir de los actuales 15 mil a los 20 mil pesos, aunque también consideró necesario actualizar las escalas de ese impuesto.

Según el sindicalista, «creemos que 15 mil pesos para un obrero calificado, hoy no es un salario de privilegio. Y eso debería tenerse en cuenta».

El secretario general del sindicato de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, aseguró que el gobierno está «provocando a los gremios» y «alentando la conflictividad laboral» al pedir «solidaridad» cuando niega cambios en el impuesto a las ganancias.

El sindicalista ratificó que los gremios del transporte de reunirán mañana en el gremio de los portuarios para determinar los pasos a seguir, y no descartó una nueva huelga.

Posición de industriales. También los referentes del sector empresario que están en disputa con el gobierno salieron a cuestionar los alcances del impuesto. El dirigente industrial y diputado massista José Ignacio de Mendiguren aseguró que ganancias se «desvirtuó» por el avance de la inflación sobre los salarios, y pidió modificar el mínimo no imponible. «Cuando el impuesto se puso en funcionamiento, estaban alcanzados 400.000 sueldos, mientras que ahora recae sobre 1,6 millones de sueldos», dijo el secretario general de la Unión Industrial Argentina (UIA).

Por filosofía. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aseguró ayer que el cobro del impuesto a las ganancias es «filosófica e ideológicamente necesaria» e insistió que «el que más gana debe ser el que más solidariamente contribuye».

Así, volvió a rechazar modificaciones al impuesto de ganancias y recordó que el enfoque del tributo es la redistribución de riqueza y aclaró que diez millones de personas físicas están excluidas, recordó que en el período 2002-2014 implicaba un 30 por ciento de las personas físicas y ahora solo al 10,4 por ciento.

Un impuesto que neutraliza las paritarias

La falta de acompañamiento de los parámetros de cálculo del impuesto a las ganancias los ajustes nominales de salarios conseguidos en las paritarias provocará que en 2014 los trabajadores que queden incluidos en el tributo sufran un nuevo incremento de la presión fiscal. Así lo revela un informe del El Instituto Argentina de Análisis Fiscal (Iaraf)

El relevamiento da ejemplos concretos. Indica que un trabajador (casado y con dos hijos) que en 2013 tenía un ingreso mensual bruto promedio de $16.000 sufría una retención por ganancias de $316 mensuales promedio. Si su aumento salarial fue del 32 por ciento debería pagar promedio $471 mensuales y, sin embargo, está pagando $1.272, es decir «un adicional por mes de $855, que es lo que denominamos incremento mensual injustificado», indicó el informe.

A la hora de cuantificarlo, Iaraf lo compara con el aguinaldo y explica que «en los niveles medios de ingresos entre un 60 por ciento y un 70 por ciento del suelo anual complementario total de los trabajadores habrá sido absorbido por el fisco», vía impuesto a las ganancias. De este modo, el impuesto neutraliza el incremento salarial, según Iaraf, en un nivel aproximado del 20 por ciento.

«En consecuencia, el incremento nominal sobre los ingresos brutos de los trabajadores del 32 por ciento se transforma a nivel de ingresos de bolsillo en un porcentaje de entre 24,8 por ciento y 26 por ciento», concluye el informe.

 

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