Representantes de las dos centrales sindicales mantuvieron encuentros en ámbitos privados y en un marco de estricta reserva. Los temas que inquietan y la posibilidad de emitir un documento en conjunto
La fractura que sufre la Confederación General del Trabajo (CGT) desde hace años parece haber comenzado a atenuarse a partir de una serie de reuniones secretas que mantuvieron referentes del ala opositora que encabeza Hugo Moyano y representantes del sector aliado al kirchnerismo.
Los encuentros no quieren decir que próximamente se vaya a producir la reunificación de las centrales sindicales, pero son los primeros pasos para restablecer un vínculo que se encuentra quebrado desde 2011. Y todo indica que los cónclaves se volverán cada vez más habituales e incluso podrían propiciar la confección de un documento en común dirigido al gobierno nacional y la sociedad.
La falta de respuestas del Ejecutivo a los constantes reclamos sindicales motivó una serie de reuniones en la que los protagonistas acordaron establecer un marco de tolerancia mutua tras los sucesivos cruces de acusaciones entre los dos sectores enfrentados.
El último encuentro -revela Ámbito- se produjo días antes del paro nacional del 28 de agosto que fue impulsado por los gremios opositores y contó con la presencia de Hugo Moyano (líder de la CGT Azopardo) y Gerardo Martínez (albañiles, UOCRA), está alineado al sector oficialista. Además hubo un número acotado de sindicalistas de ambos bandos.
Todos coincidieron en que el gobierno nacional no está realizando una lectura correcta de la realidad económica del país. Y expresaron su preocupación por el incremento de las suspensiones y despidos que afectan a la industria. Por supuesto, el cobro del Impuesto a las Ganancias y la demanda de los fondos para las obras sociales (reiterados reclamos de los sindicalistas) volvieron a ser un tema de agenda.
Un dato relevante es que en ninguna de las reuniones estuvo Antonio Caló, quien optó por atarse a la suerte del kirchnerismo. Tampoco participó Luis Barrionuevo, que habría quedado afuera porque lo consideraron poco confiable para ser parte de encuentros que, por cuestiones políticas, exigen absoluta reserva.
Los gremialistas quedaron en volver a encontrarse en los próximos días para avanzar en la confección de un documento que sería emitido antes de fin de año, en el que se incluiría un llamado a la reflexión al Gobierno.