Por el CPN Guillermo Briggiler. En columnas anteriores hemos explicado el programa llevado adelante por gobierno en materia económica. El mismo está basado en tomar deuda en el exterior, cambiarla por pesos en el mercado local, pagar con esos pesos el gasto público y recuperar nuevamente los pesos vía esterilización monetaria, utilizando para ellos las Letras del Banco Central (lebac).
En columnas anteriores hemos explicado el programa llevado adelante por gobierno en materia económica. El mismo está basado en tomar deuda en el exterior, cambiarla por pesos en el mercado local, pagar con esos pesos el gasto público y recuperar nuevamente los pesos vía esterilización monetaria, utilizando para ellos las Letras del Banco Central (lebac).
De esta manera, ingresando dólares, contienen el tipo de cambio y absorbiendo los pesos buscan controlar la inflación.
Pero la aplicación repetitiva de estas herramientas hace subir en cada vencimiento la tasa de las lebac y nos pone cada 30 días en la incertidumbre si se logrará renovar la totalidad de los vencimientos de las letras.
Hoy la deuda a 30 días en lebac, alcanza al 60% de la base monetaria. ¿Se imaginan el riesgo de una corrida hacia el dólar de solo el 10% de los vencimientos mensuales? Esto es una de las razones principales que genera la suba del precio obligado a pagar por el BCRA en cada licitación.
Además, si la tasa de rendimiento por prestarle al Estado está alrededor del 26%, entonces cualquier emprendimiento debe rendir más que esto. Se le quita por esta vía rentabilidad a las empresas y además se le compite a los privados en el mercado crediticio. Es decir, los ahorros se conducen al sector público, en lugar de convertirse en préstamos para privados. La conclusión de todo esto es recesión económica.
Frente a esta recesión, proponemos una medida creativa y audaz, terminar con la recesión económica mediante una baja en los impuestos en un contexto de abultado déficit público.
Para ello nos apoyaremos en la teoría económica desarrollada por Artur Laffer en el siglo pasado y aplicada con poco éxito en la presidencia de Regan en EE. UU. Dicha teoría establece como varían los ingresos fiscales en relación a la presión impositiva, estableciendo que la recaudación impositiva sube a medida que aumenta la alícuota hasta el punto en el cual, una suba adicional de la alícuota del impuesto nos entregará un aumento de la recaudación menor a la proporcionalidad del aumento de la alícuota.
En criollo, hay un punto, en el cual está nuestro país, donde se aumentan los impuestos, pero no se mejora la recaudación significativamente.
Por lo expuesto y sin detenernos en la teoría, proponemos aplicar una reducción significativa del iva para aquellos productos que deseamos incentivar su fabricación. Como ejemplo podemos aplicarlo sobre toda la cadena láctea o la de producción de carnes o sobre cualquier proceso industrial cuyo aumento de producción redundará en mayores puestos de trabajo. Entendemos que la baja en la presión tributaria de determinadas cadenas productivas nos traerá como resultado, más empleo, menos tentación de pasar a la economía informal, más competitividad frente a productos extranjeros sin variar el tipo de cambio y más recaudación tributaria por aumento de la base imponible para disminuir el déficit fiscal actual. De todas maneras, el actual déficit fiscal se cubre hoy con endeudamiento, sería entonces ésta, una medida para aplicar el endeudamiento a acciones productivas.
Dijimos anteriormente que al aplicarse en EEUU, esta medida no tuvo los resultados esperados, pero se aplicó sobre gravámenes similares a nuestro impuesto a las ganancias, acá proponemos aplicarlo sobre un impuesto distorsivo y en un momento en que carga impositiva argentina está en su mayor exponente. Estamos seguros de que deben comenzar a aplicarse medidas fiscales, ya que las monetarias se están agotando, siempre hablando con la irresponsabilidad de no ser quien actualmente gobierna.