La dura derrota por 3 a 0 ante Mushuc Runa en Ecuador por la Copa Sudamericana detonó una reacción inmediata en Unión de Santa Fe: en la madrugada siguiente aparecieron banderas colgadas en el predio Casasol con mensajes dirigidos al presidente Luis Spahn y a la Comisión Directiva.
Con frases como “Spahn mediocre, especulador. CD cagona” y “Se cagan en la gente”, las banderas dejaron expuesto un malestar que se venía acumulando. Si bien su autoría no fue confirmada, su aparición alimenta la sospecha de que sectores internos del club buscan ejercer presión política en medio de un clima institucional cargado.
Más allá del resultado en Ecuador, el conflicto no es nuevo. La eliminación en el torneo local, el reciente despido del entrenador Cristian “Kily” González y una gestión percibida por muchos socios como agotada encendieron el malestar. La dirigencia, por su parte, mantiene el rumbo y apuesta a consolidar el proyecto en marcha.
Desde el municipio, el intendente Juan Pablo Poletti manifestó su preocupación por lo ocurrido y confirmó que trabajan junto a Seguridad Deportiva para monitorear la situación y evitar que escale.
La tensión se da en la antesala de las elecciones del próximo 24 de mayo, donde el oficialismo buscará renovar su mandato en un contexto de creciente presión política y demandas de renovación institucional.
Más allá del resultado de las urnas, en Unión se discute algo más profundo: el modelo de conducción, los límites a las prácticas de presión y el modo en que el club quiere tramitar sus conflictos.
