La ciudad que nunca tuvo fundador volvió a encontrarse con su origen. A orillas del Paraná, Rosario celebró tres siglos de historia con una multitud de 250 mil personas y un gesto que condensó su ADN cultural: un show gratuito de Nicki Nicole y Juan Carlos Baglietto, acompañados por la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario.
El aniversario no fue solo una fecha. Fue una síntesis de la ciudad que se hizo a sí misma: sin prócer único, pero con miles de voces que, como esta noche, encontraron en la música una manera de nombrarse. Desde las primeras horas de la tarde, las familias ocuparon el parque que rodea el Monumento, entre picnic y banderas, esperando un concierto que se convirtió en acontecimiento.
El espectáculo abrió con Delfina, Sofi Gazzaniga, Mica Racciatti y Mery San Dámaso, representantes de la nueva escena local. Luego, un video colectivo —Es Rosario, con 25 artistas— repasó fragmentos de una historia que empezó en los muelles y hoy viaja por plataformas digitales.
En ese clima, el intendente Pablo Javkin habló desde el escenario y resumió lo que se veía a simple vista: “Hoy Rosario se mira a sí misma con orgullo. Esta ciudad crece cada vez que se reúne”. Su frase no fue una formalidad: el evento superó en público a los grandes conciertos internacionales de los últimos años y reforzó la idea de una ciudad capaz de narrarse a través de sus artistas.
La primera mitad del show estuvo a cargo de Baglietto, junto a Lito Vitale, en un repaso íntimo de los clásicos de la Trova. Luego fue el turno de Nicki Nicole, quien ofreció su primer concierto sinfónico, con más de 70 músicos dirigidos por Nicolás Sorín. Su interpretación de Plegarias y Otra noche bajo los acordes de cuerdas y bronces marcó un cruce generacional que pocas ciudades pueden producir en una misma escena.
Hubo también un gesto solidario: el público pudo colaborar con la Fundación del Hospital de Niños Víctor J. Vilela, reafirmando que la celebración no era solo artística sino también comunitaria. La producción contó con el apoyo del Gobierno de Santa Fe, la Municipalidad de Rosario y empresas locales como Lotería de Santa Fe, Banco Municipal, Alto Rosario y Sancor Seguros, entre otras.
Cuando el último acorde se apagó sobre el Paraná, quedó la imagen de una multitud cantando bajo las luces. Rosario cumplió 300 años recordando que su fuerza no está en un nombre propio sino en la suma de muchos. Su verdadera historia, como su música, sigue siendo una obra colectiva.