La industria frigorífica de Argentina, especialmente en la provincia de Santa Fe, se encuentra en una encrucijada ante la brusca disminución en el consumo de carne observada en los últimos meses. Esta situación está generando complicaciones en la operativa de las plantas destinadas al mercado interno, lo que podría llevar a considerar la implementación de recortes en los turnos laborales.
De acuerdo con cifras proporcionadas por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el consumo aparente de carne en el país experimentó una caída del 17,6% durante el primer trimestre del año, marcando así un récord negativo en las últimas tres décadas. En marzo, el consumo per cápita se situó en apenas 42,6 kg por habitante por año, reflejando un retroceso del 18,5% en comparación con el año anterior.
La perspectiva de una pronta recuperación en el consumo de carne se ve obstaculizada por el continuo aumento de las tarifas, lo que podría afectar aún más el poder adquisitivo de los consumidores en los próximos meses.
Por otro lado, las exportaciones de carne vacuna mostraron un incremento del 17% en marzo en comparación con el año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Aunque estas exportaciones representan una oportunidad para el sector, la incertidumbre persiste en el mercado interno.
