Bitcoin esta cambiando el mundo. Es hora de que el Estado se adapte

El 31 de octubre de 2008, Satoshi Nakamoto cambió el mundo. Alguien, o varias personas, que escribieron bajo el seudónimo de Satoshi, publicaron el documento blanco de Bitcoin. El documento técnico fue además de muy sintético, brillante.

Usó cadenas de Markov y un libro mayor distribuido para proporcionar lo que se ha convertido en la red informática más segura y conectada a Internet del mundo. Pero ese no era el objetivo. Bitcoin emergió como un verdadero rival del oro como reserva de valor y como un indiscutible competidor a la moneda fiduciaria cuya utilidad principal es la de oficiar como medio de cambio y unidad de cuenta. Todo esto Bitcoin lo está haciendo de una manera segura, privada, imparable y sin interrupciones.

Ya son muchas las personas han oído hablar o leído algo tanto de Bitcoin como de blockchain, pero aun es solo una minoría del planeta la que lo entiende realmente. Esto me recuerda una cita que a menudo se atribuye a Ghandi: «Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan y entonces tú ganas».

Bitcoin el pasado 31 de octubre de 2020 cumplió 12 años, y estamos ubicados muy cerca del lugar en el que los atacantes están reconociendo que no tuvieron resultados, y quizás mas próximos aun del “entonces tú ganas».

CEOs de entidades financieras legendarios como Jamie Dimon y Warren Buffett ya no se burlan de Bitcoin ni profetizan su caída a cero.

Los gobiernos, sin embargo, son reacios a permitir que se desarrolle una arquitectura que verdaderamente desafía sus regímenes regulatorios actuales, y en cambio, están tratando de meter la revolución dentro de sus marcos normativos anticuados. Para algunos, esta es en realidad una forma de luchar contra Bitcoin (e ideas similares), pero para la mayoría, simplemente refleja lo poco que entienden o confían en este nuevo paradigma. Están intentando a toda costa meter el genio dentro de la lámpara, y aun no se dieron cuenta de que eso ya es imposible.

Los inversores institucionales, grandes empresas que cotizan en bolsa y últimamente los gigantes bancarios de EE.UU. y Europa lo están entendiendo y de a poco pero con paso firme se están adaptando e ingresando al mundo Bitcoin.

La arquitectura de Bitcoin y su blockchain, ha inspirado una revolución emergente de proyectos basados en blockchains. Ante todo, es necesario aclarar que blockchain no es Bitcoin, es solo un libro mayor distribuido. Bitcoin utiliza blockchain como arquitectura para proporcionar seguridad, privacidad, escalabilidad y resistencia a la censura (lo que la convierte en una fuerza casi imparable en el mercado). Los imitadores de Bitcoin a menudo han atraído más escepticismo, porque los tokens utilizados para imitar a Bitcoin son intencional o estructuralmente fraudulentos. A menudo, el problema es inherente a su arquitectura porque solo son una base de datos centralizada, controlada por una autoridad central, en lugar de una verdadera cadena de bloques de contabilidad distribuida y descentralizada (sin dueños ni entes o personas que la controlen, y sin posibilidades de ser censurada).

El éxito de Bitcoin también inspiró a algunos a replicar el “White paper” para atraer inversiones de capital. Cuando esto se hace simplemente para recaudar capital, se denomina Oferta Inicial de Monedas (ICO en ingles), similar a una Oferta Pública Inicial (IPO en ingles). Muchas ICO resultaron ser estafas y han empañado la industria. La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU (SEC) determinó correctamente que estas empresas violaban las leyes de valores y procesó a sus propietarios y representantes. Por desgracia la SEC aparentemente ha decidido que si bien es posible que no pueda luchar contra Bitcoin, utilizará todo su armamento burocrático para luchar contra cualquier cosa que pueda alterar el status quo del sector financiero actual.

Principalmente en Estados Unidos y en los países que no están adaptando su normativa, está provocando que el capital y los recursos humanos huyan a jurisdicciones más amistosas con la industria criptográfica. Para las empresas, estas acciones normalmente se asocian con personas que huyen de la regulación, pero para la economía emergente de blockchain este vuelo no es para evitar la regulación del estado, es para encontrar claridad regulatoria.

Una solución es crear una normativa que permita claramente poder clasificar los tokens que se deban regir por las leyes que controlan el mundo de los títulos valores, dejando que los organismos centrales de control protejan a los consumidores e inversores del fraude, y al mismo tiempo que se permita a los innovadores avanzar con confianza dentro de un marco regulatorio claro y adaptado a esta nueva realidad.

Bitcoin cambió el mundo, necesitamos adaptar nuestros marcos regulatorios para aprovechar la oportunidad y subirnos a esta ola imparable antes que nos aplaste, educar al público, prevenir el fraude y potenciar la innovación en forma dinámica.

Ya sea que los gobiernos se adapten o no, los mercados ya lo están haciendo realidad. Los “hodlers” de Bitcoin han estado ganando desde su lanzamiento. La criptomoneda original ha superado a todos los demás activos financieros en todos los marcos temporales posibles. A medida que los bancos centrales de todo el mundo socavan sus monedas y las destruyen como reserva de valor, los tesoreros corporativos inteligentes están comenzando a acumular Bitcoin para cubrirse de la inflación que amenaza con ser imparable.

Bitcoin es tan disruptivo que dudo que aun nadie puede imaginar cómo Bitcoin, y su tecnología cambiaran al mundo en los doce próximos años.

 

 

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