Alberto le ofreció un Ministerio a Caserio y Cristina propone a Mayans como jefe de bloque

El cordobés quedó en responder. Intentan que haya un bloque único en el Senado y la ex presidenta acepta que no lo presida la camporista Fernández Sagasti para acercar posiciones.

Pero para lograr la unidad este miércoles cedió en su pretensión de imponer como jefa a la mendocina Anabel Fernández Sagasti y aceptó que el próximo jefe sea un peronista histórico, aunque se cuidó de anticipar que en ese caso su elegido es el formoseño José Mayans.

Su mayor prioridad y la de Alberto es garantizar un bloque unido, con una mayoría sólida que asegure las leyes sin largos debates. Con Mayans, leal al gobernador Gildo Insfrán, compartió bloque entre 2001 y 2007 y desde el 2015 lo escuchó ser quien más le achacaba a Miguel Pichetto sus concesiones a Macri.

El año pasado, Mayans se desmarcó rápido del rionegrino para rechazar los allanamientos a los domicilios de Cristina, lo siguieron casi todos sus compañeros y se convirtió en enlace con la ex presidenta para negociar la sesión en la que finalmente habilitaron los procedimientos.

Caserio estaba dispuesto a resistir como jefe del peronismo, pero Alberto le ofreció un Ministerio. La semana que viene intentará unir su bloque con el kirchnerismo para evitar fisuras.

Retomaron el vínculo en esas semanas de tensión y en el Instituto Patria lo querían de jefe del PJ cuando Pichetto se confirmó macrista, pero Caserio juntó los votos y le ganó un pleito parejo que hasta estuvo por definirse con una votación secreta y a sobres cerrados.

El cordobés estaba dispuesto a resistir como jefe de un peronismo no kirchnerista y mantenía conversaciones con los senadores aliados de Alberto como los misioneros y santiagueños, para juntar una mayoría que se imponga a La Cámpora y defina las autoridades con Cristina de testigo.

Este martes dejó claro que seguía con la intención de sostener bloques separados y el presidente electo quiso evitar esa tensión y le ofreció sumarse a su Gabinete, una forma de descomprimir la situación y premiarlo por haber desafiado a Juan Schiaretti, el único gobernador peronista declarado neutral en la elección presidencial.

No le fue mal: en Córdoba Macri doblegó a Alberto y lo obligó a pensar en una estrategia para intentar hacer pie y un ministro de esa provincia con poder de fuego podría ser un primer paso.

Caserio quedó en responderle y si bien no filtró a qué cartera se sumaría, en su currículum se destaca haber sido ministro de Obras Públicas de Córdoba en la primera gobernación de José Manuel de la Sota.

Este miércoles Cristina puso manos a la obra en el Senado a través de figuras de confianza como Fernández Sagasti, quien fue una de las que le pidió a Mayans prepararse para presidir el bloque si con eso nadie sacaba los pies del plato.

El formoseño esperará a verse con sus pares para garantizar consenso, pero no descarta que lo anuncien sin esperar ese trámite, que en el Senado no se demoraría menos de una semana porque los despachos quedan vacíos los jueves.

La mendocina cotiza como presidenta provisional, un cargo relevante puertas adentro porque participa de las reuniones de labor parlamentaria de la Cámara alta y toma el control de las sesiones cuando el jefe de Estado viaja al exterior el vice lo sustituye. Otros kirchneristas que tallan son Jorge Taiana y Oscar Parrilli.

Hace 15 días la unidad no estaba en los planes de camporistas y peronistas con terminal en gobernaciones pero ni bien Cristina aterrizó de Cuba se convirtió en prioridad, por la necesidad de despachar un amplio temario de leyes en los primeros 100 días de gobierno, entre ellas las que surjan de la renegociación de la deuda externa.

José Luis Gioja lo planteó en una cena de diputados del por ahora bloque FpV-PJ y Agustín Rossi, el jefe, le explicó que lo mejor era conservar identidades y definir los temarios en una mesa de notables líderes de bancada, como funcionó Cambiemos durante la presidencia de Mauricio Macri.

Gioja no improvisa: es de los pocos que habla con Alberto y Cristina, quienes ya convencieron a Rossi de volver a ser ministro de Defensa y liberar la jefatura de bloque. Confirmó que su sustituto sería Máximo Kirchner.

Si bien entre los legisladores abunda el desconcierto, los gobernadores no han involucrado y no los imaginan peleando a capa y espada por micro bloques. «El problema es que un senador o un diputado de una provincia peronista cotizó mucho estos años y le cuesta pensar que serán lleva papeles como en otras épocas. Pero va a ser así», se resigna un futuro ex compañero. Todo sea por la unidad.

 

 

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