El gobierno provincial presentó “Catalizar”, definido como un fondo de fondos destinado a movilizar inversiones privadas hacia la economía del conocimiento, biotecnología, agroindustria y sectores emergentes. La propuesta busca articular recursos públicos y privados en un esquema que promete dinamizar el ecosistema innovador. Sin embargo, la historia reciente muestra que la brecha entre anuncios y resultados es un riesgo que no puede subestimarse.
El diseño del programa prevé que los aportes iniciales sirvan de ancla para atraer capitales externos, multiplicando el volumen disponible. La lógica se inspira en modelos aplicados en economías desarrolladas, donde el Estado funciona como primer inversor para reducir incertidumbre. En la práctica, el desafío es doble: generar confianza suficiente para atraer a jugadores privados y garantizar criterios de selección que eviten que los recursos se diluyan en proyectos sin impacto productivo.
El impacto potencial es alto. Santa Fe concentra universidades, institutos de investigación y clusters productivos capaces de transformar conocimiento en valor agregado. Sectores como la biotecnología agropecuaria, la maquinaria agrícola y la economía digital ya cuentan con capacidades instaladas. Pero los antecedentes marcan cautela: programas similares de financiamiento a la innovación han quedado trabados por burocracia, subejecución o falta de conexión entre academia y mercado.
La iniciativa también se inscribe en un momento de presión económica. Emprendedores locales suelen señalar la dificultad para escalar proyectos por falta de crédito flexible y redes de apoyo. “Catalizar” podría cubrir ese vacío si logra acortar tiempos de aprobación y ofrecer reglas claras de acceso. De lo contrario, corre el riesgo de ser percibido como otro anuncio de alto impacto simbólico, pero bajo retorno real.
El trasfondo es más amplio: Santa Fe necesita consolidar un modelo productivo que no dependa solo de commodities y que potencie su entramado científico. Para eso no alcanza con dinero. Hace falta continuidad política, transparencia en la gestión y una red de instituciones capaces de sostener el impulso inicial. El capital está anunciado; la verdadera innovación será convertirlo en resultados tangibles para la economía provincial.


