Un equipo del Conicet Rosario descubrió una vía alternativa para tratar el Parkinson que podría evitar los efectos adversos de los medicamentos actuales.
La investigación, publicada en Molecular Neurobiology, logró activar una proteína clave del sistema nervioso (la dopamina beta-hidroxilasa) sin tocar directamente los receptores dopaminérgicos, que suelen generar efectos secundarios no deseados.
«Lo que hicimos fue hackear el sistema desde otro lugar», explicaron desde el Instituto de Química Rosario (IQUIR). La estrategia apunta a reforzar la señal dopaminérgica sin alterar los circuitos que suelen generar tolerancia o trastornos motores.
El trabajo fue liderado por las científicas Ana Belén Elgoyhen y Natalia Carabetta, y podría abrir la puerta a nuevos tratamientos más seguros para enfermedades neurodegenerativas.
En Argentina, más de 90 mil personas viven con Parkinson. Las terapias actuales se basan en la levodopa, que puede causar discinesias (movimientos involuntarios) con el uso prolongado.
El próximo paso es testear este hallazgo en modelos animales con Parkinson para medir su eficacia en condiciones más cercanas a la clínica. Por ahora, la expectativa es alta.