Un nuevo homicidio volvió a estremecer a la capital provincial. Rodrigo Jesús Fernando, de 28 años, murió este martes por la noche tras ser apuñalado en la vía pública en inmediaciones de avenida Peñaloza y Pavón, en el norte santafesino.
El ataque ocurrió cerca de las 20.20. Una ambulancia del servicio 107 lo trasladó al Hospital Iturraspe, pero el joven llegó sin signos vitales. Presentaba heridas cortantes en el lado izquierdo del tórax, según el primer informe médico.
La escena fue preservada por la Comisaría 26ª, mientras la Brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal realiza las primeras pericias. Hasta el momento no hay personas detenidas, y las causas del ataque permanecen bajo investigación.
El crimen expone nuevamente la fragilidad del control territorial en los barrios del norte, donde la violencia urbana se sostiene en márgenes que el Estado apenas logra contener. En ese sector se combinan déficit habitacional, falta de iluminación, escasa presencia policial y un entramado social que se descompone entre economías informales y conflictos personales.
En lo que va del año, el departamento La Capital acumula más de 70 homicidios, según registros judiciales. El dato deja una constante que atraviesa gestiones: cada hecho de violencia extrema encuentra un territorio sin presencia estatal suficiente, un problema que no se resuelve solo con patrullajes sino con políticas de prevención sostenidas y cercanía comunitaria.
La muerte de Rodrigo Jesús Fernando se suma a una estadística que ya no conmueve, pero debería interpelar: en Santa Fe, la violencia dejó de ser noticia y se volvió paisaje.