Con un esquema de cercanía y acceso directo, el Gobierno municipal pone en marcha una nueva etapa del programa “Castraciones en tu Barrio”, que desde este lunes 15 y hasta el viernes 19 de diciembre se desplegará en dos puntos clave de la ciudad. La iniciativa busca reducir barreras, ordenar la demanda y sostener una política sanitaria que incide tanto en la salud animal como en la vida cotidiana de los barrios.
La intervención se realizará por la mañana, de 7:30 a 12:30, en la vecinal de Villa del Parque, ubicada en Deán Funes al 700, y frente a la plaza del barrio San José, en Lavalle 2450. Allí se brindarán castraciones de perros y gatos, tanto machos como hembras, además de vacunación antirrábica y desparasitación, sin necesidad de turno previo y por orden de llegada.
El enfoque territorial del programa apunta a un problema estructural: la reproducción no controlada de animales y sus efectos en la salud pública, la seguridad vial y la convivencia comunitaria. Al acercar el servicio a los barrios, el municipio busca aumentar la cobertura y promover prácticas responsables, evitando que la atención veterinaria quede limitada a quienes pueden trasladarse o afrontar costos privados.
La modalidad mantiene requisitos simples y estandarizados. Los animales deben concurrir con ocho horas de ayuno de sólidos y seis de líquidos, acompañados por una persona adulta responsable y con una manta para el postoperatorio. El esquema operativo prioriza rapidez, seguridad y rotación constante para atender la mayor cantidad posible de casos.
La continuidad del programa está prevista para las próximas semanas con un cronograma que recorrerá distintos sectores de la ciudad: el 22 y 23 de diciembre en barrio 2 de Abril (Echeverría 1595); el 29 y 30 de diciembre y 2 de enero en Nuestra Señora del Luján (América 1310); del 5 al 9 de enero en Italia (Bollinger 161); y del 12 al 16 de enero en Ilolay (Avenida Williner 856).
Más allá del operativo puntual, la política de castraciones barriales se inscribe en una lógica de prevención sostenida. La experiencia muestra que cuando el Estado garantiza acceso regular y gratuito, se reducen los abandonos, disminuyen los riesgos sanitarios y se fortalece una relación más responsable entre vecinos y animales. El desafío, hacia adelante, es sostener el ritmo y consolidar el hábito como parte de la vida urbana.
