Más de 5.100 rosarinas y rosarinos participaron este año de “Turista en mi Ciudad”, una cifra que no solo marca el cierre de una edición, sino que confirma la vigencia de una política pública que invita a mirar la ciudad desde otro lugar. La última salida del año, realizada el sábado 13 de diciembre, reunió a integrantes de las vecinales Dorrego y Villa del Parque en un recorrido por el Casco Histórico, el Monumento Nacional a la Bandera y el Museo Estévez.
La edición 2025 estuvo atravesada por una consigna especial: los “Paseos del Tricentenario”. A 300 años de la fundación de Rosario, el programa incorporó recorridos que pusieron en diálogo los espacios emblemáticos del centro con barrios tradicionales, en una narrativa que combinó historia, identidad y vida cotidiana. En total, se realizaron 130 paseos a lo largo del año.
El alcance territorial fue uno de los rasgos distintivos. Además del casco céntrico, las vecinas y vecinos visitaron lugares como el Complejo Astronómico Municipal, el Concejo Municipal, el Balneario La Florida, la Terminal Fluvial, el Museo del Deporte Santafesino y el Acuario del Río Paraná, junto con parques y espacios recreativos que forman parte del entramado urbano rosarino.
La propuesta, gratuita y guiada por profesionales, se sostiene sobre una articulación amplia. Participan vecinales, instituciones educativas y deportivas, clubes y contingentes definidos a partir de enlaces territoriales, en coordinación con distintas áreas de la Municipalidad de Rosario. La Secretaría de Deporte y Turismo es la encargada de coordinar el programa, que desde sus inicios se integró con otros proyectos municipales y con organizaciones de la sociedad civil.
En términos acumulados, el recorrido del programa muestra una escala significativa. En sus 13 años de funcionamiento se concretaron 1.388 salidas, con más de 76.560 asistentes. Lejos de ser una actividad puntual, “Turista en mi Ciudad” se consolidó como una política de continuidad, orientada a distintos grupos etarios y sociales.
“En estos paseos descubrimos museos, parques y monumentos que muchas veces pasamos de largo”, resumió Graciela, integrante de la Vecinal Dorrego, al finalizar una de las salidas. La experiencia de recorrer la ciudad con ojos de turista aparece, así, como una forma de apropiación del espacio público y de construcción de pertenencia.
El cierre del año deja un saldo que trasciende los números. Al redescubrir Rosario desde una nueva perspectiva, quienes participan no solo amplían su conocimiento sobre la ciudad, sino que se convierten en promotores informales de su patrimonio. En un año marcado por la celebración del tricentenario, esa mirada renovada funcionó también como una manera de proyectar la identidad urbana hacia el futuro.


